Los dueños de tiendas de armas nunca han visto un aumento tan grande en las ventas, ni siquiera después de los ataques terroristas del 9/11, ni como reacción a las masacres, ni siquiera cuando los huracanes de Categoría 5 han amenazado con devastar el sur de la Florida.
El miedo y la incertidumbre sobre el impacto de la pandemia del coronavirus están llevando a la población a comprar armas y municiones como protección por un posible fin del mundo, una desintegración de la sociedad hacia el caos, con invasiones domésticas, saqueos, robos de bancos, y peleas por comida, medicinas, camas de hospital y refugios.
Estados Unidos tiene la mayor población del mundo per cápita de dueños de armas, donde 40 por ciento de los ciudadanos tienen un arma. Pero aun así, la preocupación sobre la propagación del coronavirus en la comunidad está provocando ventas de armas sin precedentes, según los vendedores e información de las agencias que rastrean este tipo de ventas, como el Buró Federal de Investigaciones (FBI), que tiene un programa que la semana pasada vio duplicarse el número de verificaciones de antecedentes penales de los solicitantes.
En la Florida, la cifra de verificaciones que dio a conocer el Departamento de Policía de la Florida (FDLE), ha subido a niveles nunca vistos, un 500 por ciento solo el pasado viernes, con 13,192 verificaciones, un enorme aumento si se comparan con las 2,646 de la misma fecha el año pasado.
Desde el Día de San Patricio el 17 de marzo, hasta el sábado, 56,677 verificaciones se habían registrado, comparadas con las 11,842 que se hicieron durante el mismo período de cinco días en el 2019. Mientras el volumen de verificaciones para comprar un arma del Programa de Compra de Armas de la FDLE había disminuido en un 16 por ciento en 2019, ha subido a un 38 por ciento 2020, cuando solo falta una semana para que termine marzo.
“Me parece que es algo un poco desmedido por parte de los clientes, como la compra frenética de papel higiénico”, dijo Jorge Corbato, dueño de Nebulous Ordinance Defense en Miami. “¿La gente creerá de verdad que este virus es apocalíptico?”.
Las armas dan una tranquilidad tangible en épocas de desesperación, dijo Corbato. Es como si la gente se armara contra la indefensión y contra un ataque que no conocen.
Como muchos otros vendedores de armas, Samuel Rivera está quedándose sin inventario en su armería Gunaholic de Hialeah. Con las ventas con un aumento de 60 por ciento, de sus 100 pistolas ahora quedan 18. La semana pasada, pidió cuatro órdenes, pero sus distribuidores no saben cuándo podrían cumplir con el pedido.
Rivera dijo que está vendiendo armas a más mujeres y ancianos que lo acostumbrado, y también las ventas han aumentado en pistolas eléctricas Taser, vaporizadores de pimienta y chalecos antibalas. Dijo que se niega a subir los precios, aunque sabe que otras tiendas lo están haciendo, y cobrando $25 por una caja de 50 balas de 9 mm que cuestan la mitad.
Charlie Berrane, dueño de Charlie’s Armory y de Warrior Gun Range and Gun Shop, dijo que la población quiere estar preparada para un gigantesco caos.
“No sabemos adónde nos pueda llevar el virus ni tampoco si podremos depender de las fuerzas del orden público para cuidarnos”, dijo Berrane, mientras contemplaba la cola que se armó afuera de su tienda de Doral.
A las tiendas de armas se les permite mantenerse abiertas en el sur de la Florida a pesar de las órdenes de alcaldes del área de cerrar negocios que no son esenciales, ya que las órdenes estatales las protegen. Hace poco, el gobernador Ron DeSantis dijo que las armerías pueden continuar abiertas.
Por: elnuevoherald.com