El opositor Alberto Fernández triunfó el domingo en los comicios presidenciales de Argentina con una cómoda ventaja, devolviendo al poder al peronismo de centroizquierda que ahora deberá lidiar con una severa crisis económica y una ciudadanía exánime.
Con casi el 96% de los votos escrutados, Fernández obtenía el 48,02% de los sufragios frente al 40,45% del neoliberal Macri, que era el preferido por los mercados pese a que su popularidad se ha derrumbado en los últimos meses por la grave crisis económica que atraviesa el país.
Al superar el 45% de los votos, Fernández evitó el balotaje.
“Vamos a volver a contruir la Argentina igualitaria y solidaria que todos soñamos”, dijo el presidente electo ante una multitud de seguidores que lo aclamaba con banderas y cantos.
La reactivación de la economía, el combate a la pobreza y la renegociación de un acuerdo por 57.000 millones de dólares firmado el año pasado -cuando despuntaba la crisis- con el Fondo Monetario Internacional (FMI) serán las prioridades en las que tendrá que enfocarse cuando asuma el poder en diciembre.